martes, 29 de enero de 2013

Sustituir el papel por los datos electrónicos



Vivimos una época fascinante que nos está llevando por caminos que nadie sospechaba en los años finales del pasado siglo XX. Ahora mismo hemos implementado tantas herramientas novedosas que los que no se han puesto al día pueden convertirse en figuras obsoletas y grises, incapaces de adaptarse a los nuevos tiempos. De hecho, en la actualidad se ha acuñado un nuevo tipo de analfabetismo, el digital, que algunos sociólogos están empezando a aplicar en sus estudios. Sí, verdaderamente vivimos tiempos agitados, los cuales para algunos serán excelentes y para otros, lamentablemente, demasiado grises y oscuros.
Ahora mismo, por ejemplo, podemos hacer la compra en cualquier supermercado de nuestra zona, o saber en qué parte de la región de Andalucía hace sol, está nublado o llueve. Si tenemos que pasar el trámite de la Inspección Técnica de Vehículos, Internet pone a nuestra disposición una herramienta muy útil que nos posibilita conocer los centros itv provincia sevilla para que podamos elegir el que más nos conviene e, incluso, pedir en él cita previa para evitar esperas. No nos negarás que la propuesta no es atractiva...
Uno de los debates más intensos que se han generado con el surgimiento de las nuevas tecnologías ha sido el del libro electrónico. Como bien dice el título que encabeza el presente artículo, se pretende sustituir el papel por el libro digital, basándose en unas premisas muy particulares que nos dicen que el recurso antiguo consume muchos árboles, es menos sostenible, más caro y ocupa muchísimo más espacio. Por contra, se nos está vendiendo que el libro virtual es más liviano, cuesta menos, ocupa mucho menos espacio y es más respetuoso con la naturaleza. Pero habría que matizar todas estas informaciones.
En efecto, un libro electrónico es más barato, pero para poder leerlo tenemos que tener un dispositivo al efecto que vale sus buenos dineros. Y sobre que es más respetuoso con el Medioambiente, eso habría que verlo más detenidamente. Es verdad que para hacer un libro se necesita papel, que muchas veces proviene de la tala de árboles (otras veces se usa reciclado), pero un libro digital ha de cargarse si queremos que funcione, y esa carga implica gastar electricidad, lo que supone aportar un pequeño granito de arena en la emisión de gases de efecto invernadero (ya que, como todos sabemos, muchas centrales eléctricas aún funcionan con combustibles fósiles).
Además, a nosotros nos gusta el libro de papel, el de toda la vida, el que lo coges y no puedes dejar de leerlo. También somos conscientes de lo importante que es no ser un analfabeto digital, eso está claro, pero pensamos que el libro tradicional no va a desaparecer porque nada hay más placentero que pasar una página tras otra y comprobar, maravillado, que todos los sentidos trabajan al unísono en la aventura maravillosa de leer un libro.

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