martes, 2 de abril de 2013

Conceptos esteticos del siglo XXI



Si viviésemos en la prehistoria no tendríamos problemas con el asunto de la fotodepilación, ya que el canon de belleza incluía el vello corporal como un elemento fundamental de hombres y mujeres. Pero el tiempo fue transcurriendo, el Homo Sapiens fue liberándose de las vellosidades corporales y nos convencimos de que el aspecto adecuado de una figura humana es el de no presentar ningún pelo fuera de lugar.
El problema está en que conforme van transcurriendo los años comprobamos cómo el cabello de la cabeza va escaseando y sin embargo aparece en los hombros, en la espalda o en el vientre. Y eso, la verdad, no nos gusta demasiado, así que fuimos inventando métodos que eliminasen este tipo de problemas.
Primero probamos con el rasurado, pero el pelo volvía a crecer de forma casi instantánea, así que abandonamos esta idea. Luego nos decantamos por la cera en sus acepciones tibia o fría, pero el dolor producido por este tipo de depilación era realmente insoportable, al menos para el género masculino. Y por fin alguien pensó en la depilación láser como método de asegurarnos que ciertas capilaridades no volvían a aparecer.
Y ahí estamos, abonados a las sesiones en los centros de estética para erradicar toda sombra de pelos molestos y antiestéticos. Afortunadamente la magia de Internet nos permite entrar en directorios de profesionales y encontrar esa clínica certificada que nos deje acordes con los estándares que hoy en día se llevan. Así que si es tu caso y quieres probar en tus propias carnes la fotodepilación no podemos sino sugerirte que entres en el enlace que te dejamos para obtener más información y poder encontrar tu clínica más cercana.
Si existieran los viajes en el tiempo y pudiésemos viajar a la prehistoria, con nuestro depilado integral y sin más pelo que el de la cabeza o, tal vez, un bigotito hipster, seguramente nos tomarían por alguien extraño, un intruso, tal vez una especie de dios al que adorar o, en el peor de los casos, un elemento más de una dieta complicada (al fin y al cabo lo de las glaciaciones no dejaba demasiado lugar para tener acceso a una diversificación alimenticia probada). Así que menos mal que aún no han inventado esa máquina, porque mucho nos tememos que nuestro concepto de la belleza no tiene mucho parangón en la historia pasada...

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