miércoles, 12 de noviembre de 2014

Limpiar ventanas: Vaporeta vs paño

Hay muchas maneras diferentes de limpiar las ventanas del hogar: con un papel seco, con un trapo húmedo, con agua, con amoníaco, con detergente… cada cual tiene su técnica. En esta ocasión te presentamos dos maneras muy diferentes de limpiar los cristales de las ventanas. Por un lado, un método muy tradicional: un paño. Y por el otro, un método más innovador: con una vaporeta; y comparamos estos dos sistemas para comprobar cuál resulta más efectivo.

·        Con el paño debemos usar algún producto con propiedades limpiadoras: agua, alcohol, amoníaco, lejía, zumo de limón, vinagre, detergente lavavajillas, etc. o combinar más de uno. Pero con la limpiadora a vapor no hace falta utilizar ningún detergente ni producto de limpieza adicional. Sólo con agua ya basta. Esto supone, primero, no perder el tiempo con las mezclas, y segundo, no perder dinero.
·        Si hay mucha suciedad incrustada en el cristal, con el paño hay que fregar; en cambio, con la vaporeta no es necesario, porque el vapor caliente permite que la suciedad, por muy pegada que esté, se derrita.
·        Con un paño normal y corriente las bacterias sólo se transportan de un lado a otro: del cristal al paño, y de éste nuevamente al cristal. Sin embargo, con la vaporeta las bacterias (y los ácaros, los gérmenes, los hongos…) se eliminan definitivamente gracias a la alta temperatura del vapor.
·        ¿Cuántas veces los paños nos han dejado esas horribles pelusas de recuerdo sobre el cristal? ¡Esto no ocurre con el accesorio limpiacristales de la vaporeta, que lleva un accesorio limpiacristales con el cual éstos quedan impecables. Yo uso el de polti y es una maravilla.

Hasta aquí tenemos los cristales bien limpios, hay que decirlo, mucho mejor gracias a la vaporeta. ¿Y qué pasa con el resto de la ventana? ¿Continuamos comparando ambos sistemas para la limpieza de los marcos y las persianas?

·         Es fácil que se acumule una gran cantidad de polvo tanto en los marcos como en las ranuras de las persianas, de modo que con un paño uno tiene que entretenerse y profundizar en cada rincón. Pero la limpiadora a vapor se puede adaptar fácilmente a estas superficies, de modo que la tarea resulta más cómoda y rápida, por no decir que como resultado la higienización continua siendo más profunda con la vaporeta. 

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